¿Recuerdas cuando la salud cerebral solía estar relacionada principalmente con los adultos mayores? Pues ya no es así: La generación Z y los millenials empiezan a considerar que nunca es demasiado temprano para empezar a cuidar su salud.
Es bien sabido por todos que la actividad física es muy importante para la salud de nuestra UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) y varias investigaciones presentan el valor que tiene dedicar tiempo a ponerse en movimiento.
Un cerebro activo no sólo realiza mejor sus funciones, sino que incrementa la rapidez de la respuesta. Nuestros cerebros, se desarrollaron mientras hacemos ejercicio. Se calcula que los hombres de Cromagnon caminaban entre 10 y 20 km diarios mientras que las mujeres entre 5 y 10 km en el mismo periodo de tiempo. ¡¡Así es,, Diario!!! Y usted ¿Cuánto movimiento hace al día?
Un ejemplo de cuánto caminaban nuestros antepasados, es que partieron del África hace unos 100.000 años y llegaron a Sudamérica hace unos 12.000, avanzando a razón de unos 40 km al año. Esta fue, sin lugar a duda, una hazaña de las más grandes que llevó a cabo el ser humano, pues fue hecha sin mapas ni conocimientos previos de los territorios nuevos. Además, implicó atravesar ríos, desiertos, llanuras, cordilleras, zonas heladas, contando para ello tan sólo con unas pocas y simples herramientas de piedra o hueso. ¿Se imaginan la condición física de nuestros antepasados?
Esto es algo que debemos resaltar, ya que muestra una relación directa entre la salud cerebral y el nivel de estado físico.
Diversos estudios demuestran que las personas mayores que hacen ejercicio aeróbico con frecuencia se muestran superiores en memoria de largo plazo, capacidad de solución de problemas conocidos (inteligencia cristalizada) o totalmente nuevos (inteligencia fluida), mayor capacidad de atención y razonamiento lógico cuando se las compara con personas sedentarias.
También se ha comprobado que el ejercicio disminuye las posibilidades de sufrir enfermedades mentales reduciendo la demencia senil en un 50% y la enfermedad de Alzheimer en un 60%, además de tener efectos sorprendentes en personas depresivas o con ansiedad.
Uno de los más reconocidos expertos sobre la relación que existe entre el ejercicio y el funcionamiento cerebral es el neurocientífico Kirk Erickson, de la Universidad de Pittsburgh.
Este científico y su equipo realizaron una serie de trabajos y registraron durante años la actividad física y los patrones cognitivos (pensamiento, lenguaje, razonamiento, atención, toma de decisiones, etc) de 300 adultos que se encontraban con una buena salud cognitiva al inicio del estudio. Luego de nueve años, examinaron el estado cognitivo de todos los participantes y se les realizó una resonancia magnética funcional de alta resolución para observar cómo se encontraban sus cerebros. Cuatro años más tarde se los volvió a estudiar y los resultados mostraron que más de un tercio había desarrollado deterioro cognitivo leve o demencia.
Llegado este punto, los investigadores buscaron si existía alguna relación entre la salud cognitiva de los voluntarios, las imágenes obtenidas en los escáneres cerebrales y los patrones de caminatas que realizaban. De este modo pudieron observar que a mayor actividad física el riesgo de deterioro cognitivo disminuye.
Hacer ejercicio regularmente es muy importante para nuestra salud, no solo para nuestro estado físico, sino también para nuestro cerebro, disminuyendo el riesgo de deterioro cognitivo.
A pesar de lo que podría pensarse, sólo basta comenzar con hacerlo 3 veces a la semana, por un periodo de 30 minutos, ejercicios tales como caminatas intensas, correr, bicicleta, etc.
Luego de lo observado, podemos llegar a la conclusión de que para lograr desarrollar y mantener las funciones más elevadas de nuestro cerebro y cuidar de nuestra salud, la actividad física debe ser regular y una compañera en todas las etapas de nuestras vidas. Por ello es importante usar las siglas UCCM (unidad, cuerpo, cerebro, mente) para designarlos, pues nos muestra la interrelación que existe entre cuerpo, cerebro y mente.
Tips para comenzar a incorporar la actividad física en su vida diaria:
Si no se puede salir a caminar o no se posee una máquina, puede caminar o marchar en el lugar.
Para quienes dicen que se aburren, lo anterior se puede realizar mientras se mira televisión. (lo importante es comenzar a moverse).
Si no se cuenta con 30 minutos seguidos, se puede dividir el ejercicio en tres sesiones de 10 minutos.
Si al principio no se está acostumbrado al movimiento, plantearse dos sesiones de 5 o 10 minutos al día, para ir subiendo el tiempo progresivamente, hasta llegar a los 30 minutos.
En lugar de caminar, poner música y moverse al ritmo de esta.
Andar en bicicleta.
Colocar recordatorios, alarmas para recordar que se debe hacer actividad física.
Establecer horarios para hacerlo y respetarlos
Unirse a una comunidad que le ayude a motivar
¿Y a ustedes qué les ha funcionado para incorporar el ejercicio como parte de su rutina diaria?
Fuente: Universidad Nebrija (Gestión del Bienestar y la Felicidad)
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